martes, 27 de abril de 2010

Al Maestro

Vuestras palabras fueron lágrimas de oro
en la tierra sedienta y atrapada
glorioso despertar primero de los ojos subyugados
y el alma exhorto a la carne
y en mi pecho yo blandí la espada
ah; respirar profundo de mi estirpe y de mi karma
y las esperanzas rotas; somnolientas y apagadas
fueron suspiros etéreos que en los vientos desplegaron alas
y volaron a inexplorados infinitos
con los brillos nuevos de la quimera sofocada
y en el rocío fresco sobre pétalos de nácar
empape el corazón moribundo
de nobleza y de esperanza.

Vuestras palabras fueron azules filigranas
Amaneceres de anhelos desconocidos
Antiguas centellas y prístina nostalgia
Puertas a otros mundos
Y los latidos de mi alma

Beowulf
(Palabras dedicadas a Don Miguel al cumplir sus 88 años)

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